El vagabundo de la voz de oro
Nueva York - 07/01/2011
"Amo la radio", decía Ted Williams al pie del semáforo en el que a diario se ponía a pedir limosna para comprar algo de comida caliente. En el cartel de cartón, escrito con letras negras, al final del texto decía a los transeúntes que tenía un don y que, para descubrirlo, había que hablar con él. Un periodista le grabó y colgó el vídeo en YouTube . Su historia, pero sobre todo su voz, causó sensación.
En pocas horas, más de cinco millones de internautas pincharon en el vídeo. Y al vagabundo de Columbus (Ohio), nacido en el barrio neoyorquino de Brooklyn, le empezaron a llover las ofertas. Si la Gran Recesión puso en duda el logro del sueño americano, su caso confirma que es posible superar los peores momentos y creer en que se puede lograr una vida mejor. Siempre quiso ser locutor de radio, cuenta. Y con esa voz profunda, tenía motivos para pensar que algún día lo lograría. No solo tiene ahora un contrato con una radio local en Ohio, sino que hasta el equipo de baloncesto de los Cavaliers de Cleveland quiere ficharlo y le regalan incluso una casa. "Adoramos su voz, su historia, lo queremos aquí", dicen en la antigua casa de LeBron James. El hombre que le sacó de la calle y le puso al micrófono es el camarógrafo Doral Chenoweth. Todos quieren escuchar su voz. En las entrevistas que está dando a las cadenas de televisión, el neoyorquino de 53 años cuenta que las drogas y el alcohol arruinaron su carrera. Asegura llevar dos años "limpio". Y con una sonrisa de oreja a oreja da las gracias porque se le brinde esta segunda oportunidad. Como dice Chenoweth, el vagabundo con la garganta de oro está ahora en el carril izquierdo de la autopista. "Es como acelerar de cero a cien en un segundo", comenta el periodista de The Columbus Dispatch, que le hace la entrevista en el vídeo en YouTube. Durante 10 años vivió tirado en una chabola hecha a base de plásticos y cartones. "No me puedo creer lo que está pasando", dice Williams, a quien algunos comparan con Susan Boyle, la escocesa que de la noche a la mañana se convirtió en una estrella gracias, también, a su voz de oro. "Dios me dio una voz de un millón de dólares, y ahora espero hacerlo bien por él".
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